Hace poquito, respondiendo una pregunta de una colega, dije que me parecía peligroso, para el país, que a Máximo Kirchner lo conviertan en presidente. Presidente, o cualquier función ejecutiva de alta responsabilidad.

No lo dije porque soy prejuicioso. Lo planteé porque hace tiempo lo vengo analizando con detenimiento.

Tampoco lo dije porque piense, como suponen otros, que es un vago y un nene de mamá al que solo tiene talento para jugar con la play station o comentar los partidos de Racing.

Lo dije porque, desde el punto de vista político, me parece peligroso de verdad.

Por supuesto, desde que me atreví a opinar sobre lo malo que sería este escenario para el país, nombrarlo ministro de cualquier cosa, o jefe de gabinete, los “chicos grandes” de la Cámpora se me vinieron encima, con su ejército de trolls y fanáticos.

Como siempre lo que más hizo este “grupito de tareas” fue agredir e insultar, pero nunca escuchar o leer mis argumentos. Son directos y sencillos. Aquí van: lejos del nuevo mito que quieren construir, bajo la idea de que Máximo Kirchner es más político, tranquilo y empático que su madre, y bastante más parecido a su padre, el ya cuarentón tiene mucha violencia contenida. Mucha. Y esa violencia se evidenció, más de una vez, en sus discursos de cierre, en Diputados. En el último, directamente, su gestualidad y su tono tuvieron pasajes de esa violencia que les hablo. Y lo hizo con dos balas de goma en la mano, y vendiendo el humo de que representa a la resistencia, y no al poder.

Escuchemos solo un breve fragmento.

(audio en el link del final)

El contenido político de su discurso también es mentiroso y un tanto delirante. ¿Cómo se puede auto-percibir como “la resistencia”, si su madre y la organización que comanda tienen, por ejemplo, más peso en el gobierno que Alberto Fernández y que Massa?

¿Cómo pueden hablar de enfrentar al poder o a los grupos concentrados si ellos manejan las cajas más suculentas, desde YPF hasta el PAMI, desde Aerolíneas hasta ANSES, desde el ministerio de Habitat hasta el ministerio de la Mujer?

Y, como si esto fuera poco, lo que pregona para el país está muy lejos de lo que de verdad él mismo representa. Porque es un heredero de millones de dólares y está procesado como miembro de una asociación ilícita en la causa Los Sauces y Hotesur. Porque se presenta como el autor intelectual del impuesto a los grandes patrimonios, pero se niega a pagar los impuestos derivados de su propia riqueza. Y encima tiene el coraje de aducir que no los paga porque los interventores judiciales lo tienen embargado y sin poder disponer de su fortuna.

Su padre, con el que tuve, durante un tiempo, un vínculo de periodista a presidente muy intenso, solía decir que había que prestar más atención a lo que hacía que a lo que decía.

Eso mismo es lo que estoy haciendo con Máximo Kirchner, desde que decidió dedicarse a la política: chequear lo que hace, más allá de lo que dice.

Porque aunque nos lo quieran vender como un estadista “que maduró”, detrás de esa imagen prefabricada hay un dirigente “peligroso”.

aquí audio completo:

https://rivadavia.com.ar/noticias/esta-manana/editorial-de-luis-majul-maximo-peligro

columna presentada en Radio Rivadavia